Patrimonio Arqueológico
Yacimiento de La Codera
El Conjunto Arqueológico de La Codera reúne en escasos centenares de metros un extraordinario patrimonio arqueológico de gran valor. Desde mediados de los años 90 se realizan trabajos de excavación, limpieza, catalogación y restauración del conjunto arqueológico. Los restos conocidos hasta el momento abarcan desde la Edad del Bronce a la época ibérica cubriendo un lapso de tiempo que abarca casi un milenio.
En este lugar contamos con un poblado de la Edad del Bronce, un asentamiento de Campos de Urnas, un poblado de la Edad del Hierro, dos necrópolis asociadas a éste último y un poblado ibérico. Además existen otros restos pendientes de clasificación, otras dos necrópolis prehistóricas y dos hornos de cal modernos.
El poblado de la Edad del Hierro es el mejor conservado y donde se ha centrado la excavación. Tiene una planta alargada que se acomoda un poco a la morfología del terreno en el que está construido. En su parte más accesible está cerrado por una impresionante muralla de unos 40 metros de longitud y 4 metros de anchura, que está protegida por una torre cuadrangular central y dos torres semicirculares laterales. Esto hace único a este yacimiento, ya que es una rareza encontrar una muralla en asentamientos de estas épocas tan tempranas. Franqueada la muralla se accede a lo que es el poblado, cuyo urbanismo está dispuesto en torno a dos calles que forman una T, una calle transversal y una calle longitudinal, a las cuales se abren las distintas estancias del poblado.
Hasta el momento se han excavado unos 30 espacios. Algunas estructuras internas están constituidas por enlosados, hornos y cubetas cuya función no hemos podido determinar hasta el momento.
Podemos destacar el hallazgo de una cisterna que se encuentra al final de la calle longitudinal, en el extremo meridional del poblado, con unas dimensiones de 7’5 x 5 metros de anchura, de forma ovalada y construida excavando en el terreno natural, con un aparejo de pequeños sillares.
El complejo cuenta también con una de la necrópolis, a la que denominamos necrópolis oeste, que forma parte del mismo hábitat del poblado del hierro. Cronológicamente, los datos que tenemos lo sitúan a lo largo del siglo VI. Se compone de 24 túmulos la mayoría de planta rectangular, aunque hay algunos circulares. Presentan la particularidad de estar ordenados de forma preconcebida, dejando unas calles de circulación entre sí. Se trata de una necrópolis de incineración.
La mayoría de los restos hallados se encuentran expuestos en el Museo Provincial de Huesca.
