Tradiciones y Leyendas

Tradiciones

Peso del Capazo

Una de las tradiciones más antiguas de la localidad y que se lleva a cabo desde hace 300 años, es el tradicional PESO DEL CAPAZO. Se encuadra dentro de las Fiestas Mayores en septiembre. Los mayorales de la cofradía del Santo Cristo, llevan un capazo y una balanza, y son recibidos por las familias que presencian la pesada del niño o niña en cuestión. El mayoral, que ejerce de secretario, registra en un libro el nombre, el peso y redacta un diploma acreditativo de haber sido pesado. Se hace un recorrido por todas las casas que han apuntado al niño a pesar con el párroco, los cofrades y la música de la charanga para amenizar el acto. Se pesa a los niños que han cumplido un año o han nacido este tiempo. Antiguamente la familia aportaba a la cofradía determinada cantidad de trigo que recogían los andadores en un talego.

Los Quintos

Antiguamente, los chicos que cumplían 18 años se alistaban al servicio militar y realizaban una fiesta para celebrar su mayoría de edad. Hoy en día lo siguen celebrando tanto chicos como chicas el sábado y domingo de Pascua para celebrar el mismo motivo. Se realiza la plantada de chopos después de cortarlos en el río y de una buena comida popular. Los plantan a las quintas y a sus enamoradas en la fachada o en el balcón de su casa. El domingo después de la misa, se hace un recorrido por las casas de los quintos para picar algo y recoger un pollo que ha sido criado durante todo el año para este día y que luego se comerán en hermandad.

Juegos Aragoneses

Sin duda alguna una de las tradiciones más antiguas y populares y que con el tiempo se van perdiendo, son los juegos aragoneses. Tiro de soga, rana, hoyetes, lanzamiento de albarca, aros, cucañas para los niños y juegos de mesa como el cinquillo o el guiñote han formado parte del entretenimiento de los alcoleanos desde tiempos inmemoriales, pero el más popular de todos ellos son las birlas. Las birlas son un juego de apuesta y puntería, que forma parte de nuestro rico patrimonio cultural, trasmitido durante años por la tradición oral y recuperado para el disfrute todos. El juego se compone de seis birlas de madera de haya, y tres lanzaderas. Se plantan en dos filas paralelas de tres, a una distancia igual a las líneas marcadas en las lanzaderas. Se lanza a una distancia de 12 pasos. El juego consiste en dejar una sola en pie, empleando para ello un máximo de tres lanzamientos. Hay diferentes variantes de juego, con un rico vocabulario. A Feta, que significa hecha, dejar una sola en pie. A pares o nones, A falta, derribar todas y Argados, derribar las dos birlas del centro. La Asociación Alaira se encarga de conservar, recuperar y promover este tipo de juegos.

Carrera Pedestre

De las más antiguas de Aragón , se sigue celebrando en la Era Monte, a los pies de la las Ripas de Alcolea de Cinca durante las Fiestas del Santo Cristo. Consiste en recorrer una distancia de aproximadamente ocho kilómetros lo más rápido posible dando vueltas a un circuito cerrado de 150 metros, donde las primas por vueltas rápidas con premios elevan el nivel de exigencia dando animación de la carrera. Es una modalidad tradicional de carrera pedestre que se popularizó por todo Aragón durante el S XIX. También conocida como la “corrida de pollos” , cuyo nombre hace referencia a la recompensa con la que se premiaba antiguamente a los vencedores.

Leyendas

Leyenda de Santa Catalina

Cuentan los más viejos del pueblo y ha ido pasando de generación en generación que una vez en Alcolea de Cinca, un 25 de Noviembre de 1860 se incendió la Escuela y se derrumbó. No hubo ningún herido y todos los que allí estaban salieron ilesos. Como era el día de Santa Catalina lo consideraron un milagro de la Santa y se decidió que esa fecha sería señalada en la localidad y desde entonces todos los años se celebrara esa festividad con una hoguera y chocolate con torta. Se sube a Santa Cruz donde se hace una hoguera grande que se ve desde muchos otros pueblos y a la bajada se comparte chocolate cocido con torta.

Leyenda de Pedro Saputo

Se le presentaron a Pedro Saputo, dos ricachos alcoleanos que tenían problemas con el vino y querían consejo para venderlo. El les dijo que anunciaran por toda la provincia que el día de San Miguel saltaría de las Ripas. Lo anunciaron y llego gente de todos los lugares de la provincia. Cuando todos estaban esperando, les dijo que se tenía que confesar asi que se tiraría al día siguiente, con lo cual la gente no le quedo otra que beber vino hasta llegar el día. Y cuando llego el día les pregunto: ¿queréis que salte? Solo que haya uno que diga que no, no saltaré. Todos dijeron que sí tres veces y entonces… Pedro Saputo tiró la capa y salió corriendo hasta el monasterio de Sigena para esconderse. La gente se había bebido el vino y a los alcoleanos les hizo gracia la broma porque había conseguido lo que pretendían.

Leyenda de la bruja Cristineta

Una de las leyendas de Alcolea es la de la Bruja Cristineta. Era una bruja aunque nadie lo sabía, pero como era muy despistada a veces volaba a plena luz y la gente la veía. Nazario, la espiaba y la veía y un día le dijo que sabía que era bruja y que para guardar el secreto quería volar como ella. Cristineta le dijo que volara con ella, pero que aunque tuviera miedo, no podía encomendarse a Dios, porque ella volaba gracias al diablo. Al pasar por encima del río Nazario dijo: – Ay Dios mío que nos vamos a caer y…. Nazario se cayó y se quedó cojo para siempre.

Leyenda de la Iglesia

Fue construida en el siglo XVIII en estilo neoclásico  con tres naves divididas por pilastras y en ella se hace una capilla honda con el retablo dedicado al Santo Cristo de los Milagros al que se venera en ella. Es cuando Alcolea se salva de la gran peste del siglo XVIII  que se crea la cofradía del Santo Cristo de los Milagros, en el año 1750,  para dar gracias por ello y para celebrar la fiesta mayor de la localidad en su honor el 14 de septiembre.

El día 1 de Octubre de 1765, mientras se encontraba todo el pueblo reunido en la iglesia, sobrevino un terremoto, que hizo creer a los alcoleanos que se quedaban sepultados entre las ruinas del templo. 

La capilla de Santa Ana, ubicada en el cementerio actual, hizo las funciones de templo parroquial hasta que el 5 de febrero de 1766 empiezan los mismos vecinos el derribo del templo antiguo. El templo fue emplazado un poco más atrás del lugar donde estaba el antiguo y se puso la primera piedra del ábside el día de San Pedro Apóstol en 1767 con la presencia de todo el pueblo. Se estreno el nuevo templo el 12 de enero de 1783.